Esto… ¡Sí!

Esto… ¡Ni se te ocurra!

Los brazos

Los brazos, muñecas y manos deben estar en posición horizontal.

El codo no debe caer por debajo de la altura del escritorio, ni el extremo de tus dedos por encima del nivel de su muñeca.

La altura de los ojos

La altura de tus ojos debe situarse en la mitad superior de la pantalla.

Sí: no dudes en usar ese libro de mil páginas. Todo es válido para “levantar” la pantalla.

Tu mentón no debe “pegarse” a tu cuello.

Distancia de la pantalla

La pantalla debe estar entre 40 cm y 70 cm de los ojos.

¿Estás a 15 cm? Cuando termine la cuarentena, visitá al oculista o buscá los anteojos que dejaste en la mesita de luz.

Las ventanas

Ubicá la pantalla de modo tal que se eviten deslumbramientos o reflejos sobre la pantalla.

Para evitar el deslumbramiento, nunca te sientes de espaldas a una ventana que no disponga de cortinas o persianas.

Las piernas

Asegurate de que existe suficiente espacio debajo de la mesa para permitir el movimiento de las piernas.

Si aún no retiraste las cajas de los cientos de apuntes de la facultad, este es el momento. Retirá cualquier obstáculo como cajas, equipos de música, etc.

Los pies

Los pies deben estar bien apoyados en el suelo. Ya le encontramos lugar a las cajas y a la pila de apuntes. Si no llegás a tocar el piso con los pies, utilizá un apoyapié casero a modo de suplemento.

Tus pies no deberían “columpiarse” en el aire.

La postura

¿La lapicera se cayó? ¿La agenda te quedó lejos? Siempre será mejor que te levantes y puedas alcanzarlos correctamente.

Tres cosas que deberías evitar: las piernas cruzadas tipo torniquete, posturas contorsionistas y “pies dormidos”. Cualquiera de estas situaciones es una consecuencia de una mala postura.

Los intervalos y las pausas

No deberías sentarte en la misma posición durante largos períodos de tiempo. Es importante cambiar de postura regularmente.

Siempre aplicá la regla “pausas cortas y frecuentes es mejor que largas y escasas”.

Tres horas sin moverse no es un buen indicio. Tomá agua, obligate a caminar hasta el baño,

armá la cama a media mañana.

La temperatura

Procurá que la temperatura oscile entre los 20º y los 23º en invierno y los 23º y los 26º en verano (simple: ¡ni sudar ni tiritar!).

¡El frío no debería hacerte tiritar ni contracturar tu espalda!

La ventilación

El área de trabajo debe estar ventilada permitiendo el ingreso de aire al ambiente desde el exterior.

El aire nunca debe sentirse “viciado”. ¡Deberías pensar en abrir la ventana un par de horas después de cocinar tu budín o pan favorito!

Los materiales de oficina

Los espacios son multiuso, por ende, al terminar la jornada laboral, deberías recoger y ordenar todo lo “esparcido” durante el día.

Si tus hijos cenan sobre tus minutas de reunión, ¡algo está fallando!

Electricidad y los cables

Asegurate de que tus equipos electrónicos estén ubicados cerca de los tomacorrientes. ¿No es posible? Entonces procurá que el alargue utilizado garantice la puesta a tierra (en síntesis: el enchufe debería tener “tres patitas”).

Evitá cables por el suelo en las zonas de paso, y tampoco caigas en la tentación de enchufar TODO al mismo tiempo en un mismo alargue, ya que podría sobrecargarlo.

La electricidad y las bebidas

¡Aprovecha las ganas de tomar mate o café y camina hasta la cocina! Será una buena pausa.

No deberías colocar vasos con líquidos sobre aparatos eléctricos como computadoras, impresoras, escáneres, etc.