Por Andrea Pérez de Raggio
Les propongo hablar de diferencias. No todo es igual. No todo debe serlo. En este caso, los invito a diferenciar conceptos, con la finalidad de discernir sus connotativas y, así, entender el lugar desde donde hablamos, desde donde basamos nuestros supuestos, desde donde accionamos, para entender aquello que abogamos en nuestros discursos, aquello que podemos o debemos exigir, aquello que debemos defender o desarrollar.
No es lo mismo…
…Privilegio que Derecho: Los privilegios se rigen por discrecionalidad y están vinculados a determinados beneficios que pueden retirarse o darse por capricho de alguien. Los derechos rigen para toda la sociedad, específicamente, para aquellos declarados como Derechos Humanos, son universales, inalienables, irrenunciables, imprescriptibles e indivisibles. Todos los seres humanos, por el simple hecho de serlo, gozan de los Derechos Civiles y Políticos (a la libertad de conciencia, pensamiento, religión, cátedra y prensa, de reunión y asociación, y a la inviolabilidad de correspondencia, imagen y domicilio), de los Derechos Sociales, Económicos y Culturales (al trabajo, a un salario justo, al descanso retribuido, a la salud, a la educación y a la vivienda) y de los Derechos de un Medio Ambiente Equilibrado, Paz y Desarrollo de los Pueblos. Los derechos no son un privilegio de algunos, sino un beneficio de todas las personas. Cuando no conocemos cuáles son nuestros derechos, sometemos nuestra suerte a la discrecionalidad y a abusos.
…Igualdad que Equidad: La condición de igualdad supone la inexistencia de diferencias y esto es válido cuando se trata de derechos, responsabilidades y oportunidades; pero, cuando se trata de justicia, esta debe entrañar el concepto de equidad. La equidad remite desde la igualdad a la consideración de la especificidad, de la diferencia. El concepto de equidad queda implicado con el de justicia, que connota igualdad y equilibrio; es decir, lograr el equilibrio de la balanza requiere contemplar las diferencias de peso en los platillos para distribuirlo adecuadamente. Considerar la diversidad desde el principio de igualdad es la clave de la equidad.
…Resultado que Impacto: Evaluar resultados implica hacer un análisis valorativo de corto-mediano plazo, para determinar la medida en que los planes alcanzaron los objetivos propuestos. Es un elemento más del proceso de planificación. Los resultados nos permiten hacer evaluaciones de proceso. En cambio, medir el impacto de nuestras actividades y decisiones supone considerar las consecuencias de largo plazo, negativas o positivas, reales o potenciales, más allá de las inmediatamente observables o medibles. Los impactos nos permiten hacer evaluaciones de efecto. Para remediar o evitar realmente las consecuencias de nuestras acciones y decisiones, debemos evaluar en términos de los impactos económicos, sociales y ambientales sobre toda la sociedad.
…Materialidad que Moda: La moda es la inclinación o propensión hacia algo. Podríamos decir que, gracias a ella, algo se define de una u otra manera, motivado por seguir la tendencia característica de un lugar o momento dado; por lo tanto, cambia al modificarse ese lugar o momento. La condición de material implica confrontar la responsabilidad de nuestras acciones y decisiones ante otras personas. Materialidad es el umbral en el que determinados aspectos adquieren suficiente importancia que deben ser gestionados. La sostenibilidad no es una moda, sino que reviste la condición de relevancia material vital para la humanidad.
Por último, y aclarados todos estos conceptos, no es lo mismo…
…Pensar y decir que hacer: Ya pasó el tiempo de pensar y de decir. Resulta material hacer todo aquello que predicamos en hechos que hagan cumplir los Derechos Humanos Fundamentales, con una igualdad que considere equitativamente los impactos económicos, sociales y ambientales, para alcanzar un Desarrollo Sostenible de la humanidad.